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(Suena: The end - The Doors)

sábado, 28 de noviembre de 2009

Bellas y bestias

sábado, 28 de noviembre de 2009
El viernes por la tarde, estaba cansado y me dio pereza salir de casa. Así que me puse a ver una de mis series preferidas, “Las chicas Gilmore”. ¡Sí! ¡Sé que es una serie para chicas…! Pero aún así, me gusta. Lo reconozco. Adoro las conversaciones locas y surrealistas entre Lorelai y Rory.

¿Cuál fue el problema? Que los viernes, en lugar de esta serie, echan “Jara y Sedal”. Para quienes no lo conozcan, os diré que es un programa dedicado principalmente a la caza.

Pues bien, resulta que en medio del campo y ocultos en tiendas de camuflaje, media docena de tíos estaban pegando tiros a una bandada de palomas. Al principio, me pareció interesante. Incluso pensé que debía estar bien eso de ir a cazar. Hasta que vi en primer plano una paloma recibiendo un tiro y cayendo tiesa al suelo. Eso ya no me hizo ninguna gracia. Me desagradó bastante y me pareció sumamente cruel e injusto.

¿Qué les da permiso a esos tipos a matar palomas? Nada. Bueno, sí, una licencia de caza. Entonces, si yo pido un permiso para tirotear a algún imbécil que me caiga mal, no habrá problema alguno, ¿verdad? Ah... vaya... que no me lo darían porque eso de segar vidas no es muy correcto. Comprendo...

En el colegio tuve un profesor llamado Padre Domingo (Era un colegio de curas). Recuerdo como un día nos dijo que no le gustaban las corridas de toros, porque no eran justas. Él decía que el torero se debería enfrentar al toro, con las armas que la naturaleza le había dado. O sea, las manos desnudas y su inteligencia. Nada de espadas, capotes, picadores, ni drogar a los toros para que salgan mansos. Solo entonces sería justo. No sé vosotros, pero yo estoy totalmente de acuerdo con él.

Sé que alguno me dirá que también se matan a las vacas o los cerdos con los que se hacen las salchichas frescas que tanto me gustan. ¡Cierto es! Pero hay una diferencia sustancial. Y es que no he visto como los matan, ni como les arrancan las tripas. Porque como siempre se ha dicho: “Ojos que no ven, corazón que no siente.”

lunes, 23 de noviembre de 2009

???

lunes, 23 de noviembre de 2009
Reconozco que a veces se instalan en mi cabeza preguntas extrañas. ¡Pues hoy tengo una que se lleva la palma! Os cuento y así quizás me la podáis resolver.

Cuando un hombre sacude a otro hombre, es una agresión. Si un hombre, golpea a una mujer, también es una agresión. Salvo que sean pareja. Entonces, será violencia de género o maltrato. O al menos, yo lo entiendo así.

¡He aquí mi duda! Si un hombre zurra a un travesti, ¿qué es? ¿Agresión o maltrato? ¿Qué se impone? ¿Ser hombre, o que ese hombre se sienta mujer? Aunque claro… Lo que yo no sé, es si un travesti realmente se cree mujer… Por que puede que solo sea un tipo que se viste de lo que no es. Algo así como la Pepsi y la Coca Cola. Que parece que es, pero no es.

¿A que nunca os lo habíais planteado?

lunes, 16 de noviembre de 2009

Joker

lunes, 16 de noviembre de 2009
Los malos son al cine, lo que los mocos a un pañuelo. ¡Toda película debe tener su malo! Aunque hay malos y MALOS. Tenemos malos patéticos como el Doctor Maligno (Austin Powers) Malos seductores del estilo Katherine Tremmel (Instinto Básico) Y malos con los que no querrías ni cruzarte por la calle. Por ejemplo: Aníbal Leckter (El Silencio de los Corderos), Jason Voorhies (Viernes 13) o John Doe (Seven).

Pero si hay un malo que me fascina, es el Joker. Y no porque esté jodidamente loco, que también. Me maravilla por ser un todo reducido a una contradicción. Creo que esto último solo soy capaz de entenderlo yo…

(Frase del Joker en "Batman: El Caballero Oscuro") La locura es como la gravedad. Todo lo que hace falta es un pequeño empujón...

Normalmente, los malos son asesinos que se mueven por venganza, dinero, o traumas infantiles. Sin embargo, el Joker va más allá. Mucho más allá. Y como bien dicen de él: “Hay personas que simplemente quieren ver arder el mundo.” Así, sin más. Ni un motivo, ni un porqué. Tan solo por pura diversión. Y precisamente esto, le hace único entre los malos. Bueno, esto, y su peculiar sentido sádico y surrealista del humor.

Siempre he pensado que tanto Batman como el Joker, son las dos caras de una misma moneda. Porque en definitiva, ambos buscan lo mismo, justicia. Aunque por caminos contrapuestos que los llevan a enfrentarse. Y que tarde o temprano los acabará matando.

(Frase del Joker en "Batman: El Caballero Oscuro") Introduce un poco de anarquía, altera el orden establecido y todo se volverá caos. Soy un agente del caos. ¿Te cuento una cosa sobre el caos? ¡Es justo…!

Roto en mil pedazos

¿Sabéis cual es mi problema? Mi problema es que soy una persona muy sensible. Por eso, para que no me afecten las cosas, nunca les doy muchas vueltas. Los que llevéis un tiempo visitándome, ya sabréis que me gusta alguien. Pero que yo, para ella, solo soy un insignificante cero a la izquierda. Hace unos días, pasé la tarde tomando cervezas con un amigo. Estuvimos recordando los tiempos del instituto. Las pirolas, las gamberradas y las veces que nos expulsaron. ¡Qué buenos tiempos!

Sin embargo, la conversación derivó a temas personales. Me contó que había roto con su novia de toda la vida y que estaba jodido. Cuando me subí al coche para irme a casa, no pude evitar pensar en la chica que mencionaba al principio del post. Y que para más inri, se llama igual que la exnovia de mi amigo.

Recuerdo el primer día que la vi, como si hubiera sido hoy mismo. Inmediatamente, pensé que esa chica tenía algo especial. Y desde que hablamos por primera vez, me pareció fantástica. Tímida, pero fantástica. Nunca antes me había sucedido nada parecido con ninguna otra. Con el tiempo nos hicimos amigos. O al menos, yo la considero así pese a todo. Hasta que el 29 de diciembre del 2007 escribí una entrada en este blog que venía a decir que la echaba de menos. Fue entonces cuando me di cuenta que no solo la consideraba amiga, sino que me estaba empezando a gustar.

Siempre supe que ella nunca se interesaría por mí. Era algo que sentía y veía. Pero aún con todo, no quise marcar distancias. Me gustaba estar con ella y escucharla. Incluso sus manías me parecían simpáticas. Si tenía un mal día, y la veía, mis penas desaparecían. Y si por algún motivo me mandaba un mensaje, lo conservaba durante días como un bobo. El tiempo pasó, y por más que me empeñé en solo verla como amiga, no lo conseguí. Y aunque era plenamente consciente de que saldría mal parado, me enamoré... Si es que no lo estaba ya, desde aquella tarde en que contemplé sus preciosos ojos de cerca.

Así que ahí estaba yo, dentro del coche, cabizbajo, iluminado por una farola medio fundida, pensando en todo esto. Y esos sentimientos que había contenido durante tanto tiempo, para que no me hiriesen, explotaron. Y con ellos, vinieron las lágrimas. ¿Lágrimas yo? ¡Qué asco me di a mí mismo! Nunca, jamás, había manifestado tal debilidad. La última vez que recuerdo haber llorado, sucedió hará más de quince años, cuando murió mi tío José Luis. Y de repente, ahí estaba como un imbécil, con las manos en el volante, el motor encendido y buscando pañuelos.

Creyendo que conducir me haría pensar en otra cosa, me vine para casa. Error. Entre que era de noche y mis malditos ojos llorosos, tuve que parar porque temía tener un accidente. Al final acabé aparcando al lado de un jardincillo. Nada más aparcar, aparecieron unos críos con un perro y se plantaron delante de mi coche. ¡Adiós a mi reducto de intimidad! Me bajé del coche, cerré la puerta y empecé a andar hasta que cansado me senté en un banco.

Yo creía que dar un paseo me quitaría la tontería. Pero nada. Estaba igual o peor. Y encima, cada vez que me iba a cruzar con alguien, tenía que bajar la cabeza o mirar hacia otro lado para que no vieran la cara que llevaba. Os juro que habría dado todo lo que tengo por una esquina oscura donde llorar a gusto sin que nadie me hubiera podido ver u oír.

Sé que no soy el primero ni el último que tiene un amor no correspondido. Pero a mí, es la primera vez que me pasa. Hasta la fecha, solo me han gustado de verdad dos chicas y con ambas he estado. Pero a la tercera, no ha llegado la vencida, al contrario.

Si pudiera pensar con objetividad, vería que probablemente ella no es nada del otro mundo. Por que alguna vez, de forma indirecta, le he preguntado a alguno qué le parecía ella. Y todos coincidían en que era o parecía sosa y que de guapa tenía más bien poco. Sin embargo, para mí, es perfecta en todos los aspectos. Y yo, que soy capaz de sacarle cincuenta defectos al diamante más precioso, de ella no podría decir ni uno.

Por no poder, no puedo reprocharle que no le guste ni en pintura, ni los feos que me ha hecho y que a otra nunca le habría perdonado. Porque si me paro a pensar, no tengo nada especial que ofrecerle. Valgo menos que el precio de la ropa que llevo encima. Y no poseo ninguna cualidad por la que pudiera sentirse atraída. ¿Soy guapo…? Más bien del montón. ¿Gracioso…? A ratos. ¿Me espera un brillante futuro como ingeniero…? Lo dudo mucho. Solo puedo ofrecerle lo que tengo y lo que soy, aunque por lo visto, es bastante poco para ella. Como veis, me siento la última mierda del mundo.

Pero no merezco ni la más mínima compasión. Porque aún sabiendo que un día la realidad me abofetearía, preferí disfrutar de los momentos en que la tuve cerca a protegerme. Y así me ha ido. Hace unos días, me concedí a mi mismo unas horas de debilidad. Me comporté como un niño y lloré, nunca jamás se volverá a repetir. Bajo ningún concepto.

¿Sabéis qué es lo más gracioso de todo? Que pese a lo mal que me siento, la echo de menos. Y que cada mañana, nada más levantarme de la cama, lo primero que hago es mirar si me ha escrito al correo. ¿Y sabéis qué es lo más triste? Que le dije, no, a otra chica. Porque el tonto de mi corazón, soñaba con que algún día ella me querría.

No comments, please.

martes, 10 de noviembre de 2009

HA HA HA

martes, 10 de noviembre de 2009
Siempre he pensado que el mundo está controlado por tres carcamales dueños de las petroleras, las tabaqueras y la industria del automóvil. Y que suelen reunirse en la última planta del rascacielos más alto del mundo para contemplarnos como hormigas.

Pero aunque ellos se crean por encima del bien y del mal, no son más que simples mortales. Por eso, y porque lo tienen todo, se aburren. Nosotros somos su entretenimiento. Y su hobby, es hacernos la vida imposible.

Esta es la única explicación que se me ocurre para el hecho de que las cosas aparentemente sencillas, resulten tan complicadas.

Un ejemplo, comprar el pan. ¡¿Cuántos tipos de pan existen...?! De centeno, de oliva, Chapata, Baguette, de pueblo, Pichi, Hogaza, de cinta, Cremona, de soja, con gluten, sin gluten, Mandioca, Integral, Grahan, de maíz, de triticale, de mijo, de arroz, de avena, de quinoa, de espelta, Blanco, Negro, Acimo, Muffin, Pitta, Matzá, Naan, Brioche, de fibra, de semillas, de futas

¡BASTA! ¡Qué estrés! Pero si yo solo quiero una barra normal. De las de toda la vida… ¿Porqué torturarnos de esta manera? Creo que necesitamos un Joker que haga tambalear los cimientos de ese enorme rascacielos. ¿Algún voluntario?

lunes, 2 de noviembre de 2009

The A-Team

lunes, 2 de noviembre de 2009
Si algo bueno trajeron los años ochenta a parte de la música Disco, el mundial de España, y mi nacimiento, fueron series míticas como El Equipo A, La Mujer Biónica, Fama, Mac Giver, Cuentos de la Cripta, V y Las Pesadillas de Freddy.

Hoy os voy a hablar del Equipo A. Porque solo en los ochenta se llamaría héroes a un grupo formado por un mujeriego, un loco, un cachas demasiado amigo de los niños y un fumador de puros. ¡He aquí la versión ochentera y sin mallas de Robin Hood!


Pero no solo era una serie de tiros, como dirían muchos indocumentados. Era una serie tan educativa como el Libro Gordo de Petete o Barrio Sésamo. Y si no me creéis, ahí van unos cuantos ejemplos.

El Equipo A nos enseñó que cualquier cosa, por inofensiva que pareciese, era susceptible de explotar o arder. ¡Así, sin más! Que el mejor lugar para encerrar a alguien no es un taller lleno de herramientas. Y mucho menos un almacén de fuegos artificiales. O que en las escenas de riesgo, los dobles no tenían porque parecerse a los protagonistas.

También nos enseñó que si teníamos un problema con alguien, ¡era de tontos dialogar! Lo que había que hacer era cogerlo del pecho y lanzarlo por los aires. Eso, o dispararle doscientas balas. Pero ojo, en plan amigos, ¡sin tirar a dar! A ver si vamos a tener un disgusto y acabamos en el hospital.


¿Y qué me decís de Fénix? ¡Todo un crack! Porque debéis saber, que él solito hizo soñar a toda una generación de hombres, con vivir de las mujeres. Y nos enseñó, que incluso en medio de la nada, se podían encontrar los materiales necesarios para fabricar un ultraligero.


Pero ante todo, gracias a M.A. Barracus. Porque tú, y solo tú, demostraste que la bisutería era bella. ¡Cuánto dinero nos has ahorrado! ¡Gracias! Y como no mencionar la labor social de Murdock para la integración de los desequilibrados mentales. A quienes les enseñó, que por muy chiflados que estuvieran, siempre habría un lugar para ellos en Iberia.

 
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