El viernes por la tarde, estaba cansado y me dio pereza salir de casa. Así que me puse a ver una de mis series preferidas, “Las chicas Gilmore”. ¡Sí! ¡Sé que es una serie para chicas…! Pero aún así, me gusta. Lo reconozco. Adoro las conversaciones locas y surrealistas entre Lorelai y Rory.
¿Cuál fue el problema? Que los viernes, en lugar de esta serie, echan “Jara y Sedal”. Para quienes no lo conozcan, os diré que es un programa dedicado principalmente a la caza.
¿Cuál fue el problema? Que los viernes, en lugar de esta serie, echan “Jara y Sedal”. Para quienes no lo conozcan, os diré que es un programa dedicado principalmente a la caza.
Pues bien, resulta que en medio del campo y ocultos en tiendas de camuflaje, media docena de tíos estaban pegando tiros a una bandada de palomas. Al principio, me pareció interesante. Incluso pensé que debía estar bien eso de ir a cazar. Hasta que vi en primer plano una paloma recibiendo un tiro y cayendo tiesa al suelo. Eso ya no me hizo ninguna gracia. Me desagradó bastante y me pareció sumamente cruel e injusto.
¿Qué les da permiso a esos tipos a matar palomas? Nada. Bueno, sí, una licencia de caza. Entonces, si yo pido un permiso para tirotear a algún imbécil que me caiga mal, no habrá problema alguno, ¿verdad? Ah... vaya... que no me lo darían porque eso de segar vidas no es muy correcto. Comprendo...
¿Qué les da permiso a esos tipos a matar palomas? Nada. Bueno, sí, una licencia de caza. Entonces, si yo pido un permiso para tirotear a algún imbécil que me caiga mal, no habrá problema alguno, ¿verdad? Ah... vaya... que no me lo darían porque eso de segar vidas no es muy correcto. Comprendo...
En el colegio tuve un profesor llamado Padre Domingo (Era un colegio de curas). Recuerdo como un día nos dijo que no le gustaban las corridas de toros, porque no eran justas. Él decía que el torero se debería enfrentar al toro, con las armas que la naturaleza le había dado. O sea, las manos desnudas y su inteligencia. Nada de espadas, capotes, picadores, ni drogar a los toros para que salgan mansos. Solo entonces sería justo. No sé vosotros, pero yo estoy totalmente de acuerdo con él.
Sé que alguno me dirá que también se matan a las vacas o los cerdos con los que se hacen las salchichas frescas que tanto me gustan. ¡Cierto es! Pero hay una diferencia sustancial. Y es que no he visto como los matan, ni como les arrancan las tripas. Porque como siempre se ha dicho: “Ojos que no ven, corazón que no siente.”
Sé que alguno me dirá que también se matan a las vacas o los cerdos con los que se hacen las salchichas frescas que tanto me gustan. ¡Cierto es! Pero hay una diferencia sustancial. Y es que no he visto como los matan, ni como les arrancan las tripas. Porque como siempre se ha dicho: “Ojos que no ven, corazón que no siente.”