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(Suena: The end - The Doors)

sábado, 19 de junio de 2010

This is the end...

sábado, 19 de junio de 2010
Hoy toca anunciar la muerte de 12 Miradas. ¡Desde el corazón del Averno lo apuñalo y contemplo como se desangra, palidece y muere! Era un día que todos sabíamos llegaría. Nada dura para siempre y menos mi perseverancia. Aunque seguro que a ninguno os sorprenderá esta noticia, porque este blog era un enfermo agonizante desde hacía ya mucho tiempo.

La magia de las palabras quiso que 12 Miradas fuera una prolongación mía, un reflejo de mis sentimientos y pensamientos. Me gustaba escribir y escribiros. Pero un día la realidad me abofeteó y me hizo despertar. Y con el despertar del sueño, mis preciosas musas se esfumaron y ya nunca regresaron. La escritura dejó de llenar aquel vacío existente y de servirme de desahogo. Por tanto, ¿para qué perder el tiempo?

Por todo esto, me despido y os deseo de todo corazón que alcancéis la felicidad más plena y absoluta. Disfrutar de la vida y de los vuestros. Sonreír siempre, buscar el lado positivo de las cosas y recordar que cuando una puerta se cierra, se abre una ventana…

Y antes de despedirme y perderme en el olvido de vuestra memoria, quisiera regalaros la que considero mi mejor creación. Aquí os la dejo. Besos y adiós.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-




Payaso con falsa máscara de alegría.
Triste y penoso.
Mil veces estúpido.

Se encuentra cansado…
Herido por la ausencia.
Enamorado de un recuerdo.
Incapaz de olvidar.

Finge que nada sucede.
Que nada le afecta.
Fuerza una amplia sonrisa
para ocultar el dolor de su mirada.

Triste y desgraciado viajero sin rumbo.
Capaz de alegrar a su público.
Incapaz de hallar la felicidad.

sábado, 22 de mayo de 2010

diálogo

sábado, 22 de mayo de 2010
Deambulando por el jardín de la rectoría, en su paseo vespertino, andaba el enérgico Padre Shawn. Era un día frío, muy húmedo, del negro mes de Noviembre. Tras una llovizna resbaladiza, el rocío se había posado en cada tallo, en cada espina, como el sudor helado. Elevándose en espiral desde la tierra mojada, una neblina azul colgaba apresada en una oscura maraña de ramas, como una garza fabulosa.

Arrancando súbitamente de su soledad, con el cabello erizado por el miedo, el párroco percibió un fantasma configurándose entre la niebla.

“¿Tú?”, dijo el Padre Shawn sucintamente al espectro que ondulaba frente a él, orlado de gasa, oliendo a madera quemada. “¿Qué vienes a hacer aquí? A juzgar por tu palidez, diría que habitas en el páramo helado del infierno. Aunque por tu mirada de asombro, por tu semblante, parece que acabas de salir del cielo…”

Con la voz forrada de escarcha, dijo el fantasma al sacerdote: “No frecuento ninguno de esos países. La tierra es mi morada.”

“Anda, anda”, replicó el Padre Shawn impaciente. “No quiero que me sueltes ese rollo ridículo acerca de las harpas doradas y llamas atormentadas, sino que me cuentes lo que te ocurrió al concluir tu vida. Qué clase de epílogo le puso dios a tus días. ¿Tanto te cuesta satisfacer la demanda de este viejo loco?”

“En vida, el amor royó mi carne hasta los huesos. Y lo mismo que hizo entonces, hace ahora: Carcomerme sin cesar.

“¿Qué amor”, le preguntó el Padre Shawn, “sino el amor excesivo por la imperfecta carne terrenal podría causar semejante aflicción? Ciertamente, una condena pesa sobre ti. Creyendo que nunca dejarías este mundo, penas ahora como cuando vivías, consumido en ese tormento para expiar como sombra el pecado que cometiste como hombre ciego.”

"El día del juicio aún no ha llegado. ¡Hasta entonces, una vasija de polvo es mi hogar!"

“Querido espectro”, gritó impresionado el Padre Shawn. “¿Será posible tanta obcecación? Un alma presa de su fiebre, aferrándose a su tronco muerto, como una postrera hoja azotada por la tormenta. Mejor harías en someterte al juicio del más alto tribunal y suplicar su gracia. Arrepiéntete, y acude a él, antes de que el crucifijo del triunfo divino rasgue los cielos.”

Desde la pálida neblina, el fantasma juró al sacerdote: “Aquí no hay más alto tribunal que el rojo corazón de un hombre.”



Diálogo entre un espectro y un sacerdote. Sylvia Plath.

sábado, 15 de mayo de 2010

Tiempo

sábado, 15 de mayo de 2010
Dicen que el tiempo cura las heridas. No estoy de acuerdo. Las heridas perduran. Con el tiempo, la mente, para proteger su cordura, las cubre con cicatrices y el dolor las atenúa. Pero nunca desaparecen...




Rose Kennedy.


Cuando leí esta frase me impactó, y no he podido evitar memorizarla.

viernes, 14 de mayo de 2010

porfa plis

viernes, 14 de mayo de 2010
Perdonar mi ausencia, pero los días se me escapan entre los dedos.


Este fin de semana intentaré publicar algo...
Palabrita del niño Jesús.

jueves, 29 de abril de 2010

¿Suerte?

jueves, 29 de abril de 2010
Una pata de conejo, tocar madera, cruzar los dedos y los tréboles de cuatro hojas. Según las supersticiones populares, todas estas cosas dan suerte. No sé si vosotros tendréis algún objeto fetiche que os traiga suerte. Yo, sí. Mi moneda de cinco Marcos de la suerte.

La primera vez que empleé sus poderes fue en la selectividad, en el examen de matemáticas. Suspendí. Pero por suerte, las notas de los otros exámenes eran lo suficientemente altas como para compensar aquel desastroso 1,9. También recurrí a ella al rellenar el boleto del Euromillón que me haría ganar 129 millones de Euros. Pero como os podéis imaginar, no me tocó nada de nada. Porque de haberme tocado, no estaría aquí escribiendo. Estaría dilapidando mi fortuna junto a media docena de rubias pechugonas. Aunque para no ser clasista diré que también aceptaría morenas pechugonas.

El día que me presenté al examen práctico del carnet de conducir la empleé. O mejor dicho, mi intención era usarla, pero con las prisas la olvidé en casa. Y mira tú por dónde, aprobé. Ahora que lo pienso… Esa moneda nunca me ha dado suerte. Siempre que he recurrido a su místico poder, la he cagado. Y si no, solo tengo que pensar en mi primera entrevista de trabajo, o en aquel partido en el que aposté 30 euros…

¡¿Y por qué no evitó que conociera a... (mejor no dar nombres) ?! ¡Puta moneda de la suerte vomitada por un Irlandés borracho! ¡Solo me ha traído cosas malas!

lunes, 19 de abril de 2010

Alabulieeeé

lunes, 19 de abril de 2010
Cazador y presa. Ecosistema... El animal y su hábitat. Biodiversidad... El hombre y su entorno; el hombre en el supermercado.

Desubicados, temerosos, desvalidos… Reducidos a simples empujadores de carros y sujeta bolsos. Así nos sentimos los hombres en el supermercado. Nos abruman esos largos pasillos que se pierden en el horizonte de los detergentes, los cientos de productos de idéntico nombre hacinados en estanterías, y esos pegajosos suelos en los que puedes llegar a perder un zapato.

Porque los supermercados son un extraño inframundo con su propio Statu Quo. Por ejemplo, la pescadería y esa eterna duda: ¿Cojo número? Si no lo coges, te hará falta. Y si lo coges, te tocará el 23, mirarás por qué número van y verás el 45… ¡Jódete y baila! ¿Qué haces? ¿Esperar al 99, que se ponga el turno a cero y llegue el 23? ¿Multiplicas tu número por dos y así ya eres el siguiente? Pues no, hay que esperar al 53. ¡No tiene ningún sentido! Pase que los dos acaben en tres. Pero un dos no es un cinco. Y si no, cuando paséis por caja y os pidan 53 euros, vosotros darles solo 23 y explicarles que según la pescatera, 53 es igual a 23. ¿A ver qué os dice la chica de la caja?

Y esa es otra, “la chica de la caja”. ¿Por qué no hay hombres cajeros? ¿Por qué la caja en la que estoy es la que más despacio avanza? ¿Y por qué siempre el tío que solo lleva tres cosas se empeña en pagar con la tarjeta de crédito? Tú que te has puesto detrás de él todo contento pensando: “Qué bien. Solo lleva tres cosas. Aquí me cobrarán antes.” ¡Y toma! Tarjeta al canto. Que si la pasa por la maquinita, luego firma, le dan el tiket… Y cuando crees que ya es tu turno, el tío se vuelve y le pregunta algo a la cajera señalando el tiket. Dan ganas de decirle: “¡Tío, que ya está! ¿Qué más quieres? ¿Una foto de la muchacha la caja en bikini?”

Y a todo esto, la primera caja en la que hiciste mención de ponerte, hace rato que se quedó vacía. Pero claro, ¿te arriesgaras a cambiar de fila y a que cuando llegues te digan “La caja está cerrada...”? Yo creo que no.

miércoles, 14 de abril de 2010

Regalos... y regalos

miércoles, 14 de abril de 2010
Dicen que a nadie le amarga un dulce, y que todo regalo es bienvenido. ¿Seguro…? Porque hay regalos, y regalos. Por ejemplo: ¿Cuál es el peor regalo que se le puede hacer a un niño? ¿Un destornillador con el que sacarse un ojo? Si, ciertamente sería un mal regalo. Aunque desde un punto de vista sociológico sería incluso positivo. Estoy seguro que un niño con un parche pirata en el ojo será el centro de atención de todo recreo. ¡Todos querrán ser amigos del pequeño pirata! De todas formas, será mejor que los niños sigan conservando sus dos ojos. Por que quién sabe, quizás algún día quieran ser controladores aéreos.

¿Qué es lo que nunca se le debe regalar a una mujer? Una escoba, por ejemplo. ¿Y a un hombre? Algo rosa. ¿A un anciano? Un ataúd. ¿Y a mí? ¡Panceta! Si, como lo leéis. Ayer mi tía me regalo panceta. Resulta que había pasado unos días en Santander. Y en lugar de traerme una camiseta, o cualquier otro recuerdo tonto, me trajo un trozo de casi un kilo de panceta. ¿Qué cara puse yo? Esta:


Pero claro, ¿qué iba a decir sino “Gracias”? Y más, después de escuchar su argumento: “Tu madre me dijo que te gusta la panceta.” Y cierto es que me gusta, pero también me gustan los BMW M5, los relojes y las gafas de sol. Por ejemplo…

Eso sí, me voy a hacer unos bocatas de panceta, que van a quitar el hipo!!!

sábado, 10 de abril de 2010

:(

sábado, 10 de abril de 2010
Como no podía dormir me ha dado por pensar… y pensar… y pensar... Sí, lo sé, pensar es malo. Pero no lo he podido evitar. Y he llegado a la conclusión de que no merezco estar triste. Soy una buena persona. Actúo con honradez y trato de no hacer daño a los demás. Sin embargo, parece ser que eso del Karma es solo un cuento. ¿Un cuento Chino? No, Hindú.

Estoy cansado de echarla de menos. De pensar si habrá cogido el paraguas cuando se pone a llover, de preguntarme qué tal día habrá tenido en el trabajo, de no conseguir que otra le haga sombra, de escribir estas palabras con un nudo en la garganta y de poner buena cara cuando me siento mal por dentro. No merezco sentirme así.

Sé lo que hay, nada. Y sé lo que me espera, todavía menos. Estoy seguro que en el futuro nos cruzaremos por la calle y solo nos dirigiremos un “Hola”, un “¿Qué tal todo?”, y un falso “Ya quedaremos algún día” Porque esa es otra. No es normal que nunca pueda hacer nada. Siempre está ocupada. Lo cruel es que, poquito a poco, todos estos desprecios se acumulan y acaban haciendo mella.

Os preguntáis a qué coño viene todo esto. Pues viene a que la vi por la calle paseando con otro. Me da igual si sale con él o no, si es su novio, un amigo, su primo o Perico el de los Palotes. Como decía antes, sé muy bien lo que hay. Pero aún sabiéndolo, me duele en lo más hondo. Porque si no es él, será otro. Y si no es hoy, será mañana. Lo único cierto es que nunca seré yo.

Pero fijaos si la aprecio que de verdad espero que sea feliz. Y que con aquel que acabe, la haga mucho más feliz de lo que yo sería capaz. Lo que está claro, es que debí ser muy malo en una vida pasada… y que quizás, la próxima vez que un camión invada mi carril por la autovía, en lugar de meterme en el arcén para evitar la ostia, simplemente cierre los ojos.

Vaya final, ¿verdad? Pero bueno, no os preocupéis, imagino que mañana se me habrá pasado. Ahora voy a ver si duermo un poco… al menos, en sueños, sí paseamos de la mano.

Con vuestro permiso, hoy no me apetecen comentarios.

martes, 6 de abril de 2010

La química del amor

martes, 6 de abril de 2010
El amor es una construcción cognitiva de lo que sentimos físicamente y de lo que ocurre en nuestro cerebro. Por que sucede, que en nuestro cerebro, existen una serie de neurotransmisores que comunican las células nerviosas entre sí, y que entran en juego cuando nos enamoramos. Entonces se liberan neurotransmisores. Que vienen a ser una especie de anfetaminas naturales que nos hacen sentir excitados. Por este motivo, las personas atravesamos ciclos altos y bajos. De ahí que cuando se está enamorado nos encontramos eufóricos y, al mismo tiempo, deprimidos.

Podría decirse que en nuestro cerebro explota un coctel de neurotransmisores que, en un principio, nos produce gran excitación, la llamada euforia del enamoramiento, y en la que experimentamos constante necesidad de estar en contacto físico con la persona amada. En este momento se produce una hormona llamada Oxitocina, conocida como la hormona del amor. Después, esta euforia inicial se va extinguiendo y cede paso a una nueva etapa de lazos afectivos, de amor. Es entonces cuando el cerebro produce las Endorfinas, que son una especie de opio cerebral. Pero para producirlas, se tiene que estar viendo a la persona amada, y si esa persona desaparece, el cerebro deja de producirlas. Por esto buscamos constantemente a esa persona, para poder obtener este “opio de amor”.

En esta especie de farmacología del amor, tenemos ya a la Oxotocina y las Endorfinas. Pero nos falta la Feniletilamina, curiosamente un compuesto orgánico que se encuentra en el chocolate. Y que es una sustancia que sirve para cimentar los lazos afectivos. Ahora bien, los estudios indican que únicamente se libera durante los tres primeros años de relación. Transcurrido este tiempo tenemos que enamorarnos de nuevo, ya sea de la misma persona o de otra distinta.

martes, 30 de marzo de 2010

To relive

martes, 30 de marzo de 2010
mmm… No sé, no sé. Porque claro… Aunque también… ¡O puede que…! mmm… No sé yo, no sé yo. Desconcertante... ¡Maldición! ¿A lo mejor si…? Imagínate que… Uff… Y yo ahora… Es que a mi... ¿Porque iba a ser distinto alli? Pero... ¡Siempre hay un pero!


...Songs of desperation
I played them for you
A moment, a love
A dream, a laugh
A kiss, a cry
our rights, our wrongs
A moment, a love
A dream, a laugh
A moment, a love
A dream, a laugh...

miércoles, 17 de marzo de 2010

pañun pañum

miércoles, 17 de marzo de 2010
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana. Los Rebeldes decidimos enfrentarnos al malvado Imperio Galáctico, en pos de una República libre y pacífica. Hasta que un día, el Lado Oscuro, oculto bajo unas faldas de mujer, corrompió el corazón de un compañero rebelde que terminó traicionando a la causa de forma vil y cobarde.

Como consecuencia, la guerra civil sobrevino en el seno rebelde. Y aquella Rebelión, que antaño luchó unida, se dividió en dos facciones que comenzaron una lucha sin cuartel. Ante la magnitud del fratricidio, muchos decidieron declarar su neutralidad. Sin embargo, los núcleos duros de ambos bandos proseguimos con la lucha, mientras el Lado Oscuro avivaba el fuego sirviéndose de viejos roces y mentiras.

Todo terminó en Aldearaan. Donde, a priori, se firmaría la paz. Sin embargo, en un visto y no visto, las palabras subieron de tono y se pasó a las manos... La oscuridad pudo con la luz y consiguió lo que buscaba, separarnos.


No me arrepiento de lo sucedido aquel día, ni de mi mal comportamiento. De lo que sí me arrepiento, es de no haber escogido mejor las batallas de las que participar. Quizás, si hubiéramos actuado todos con frialdad, el devenir de la guerra habría sido distinto. Aunque ya nunca lo sabremos... Pero lo que sí es seguro, es que ni olvido ni perdono una traición.

domingo, 28 de febrero de 2010

¿Yo?

domingo, 28 de febrero de 2010
El viernes me llamaron rencoroso y todavía me dura el mosqueo. ¡Yo no soy rencoroso! Lo que soy, es justo. ¿Por qué “justo”? Por que a cada cual, hay que darle lo que se merece. Os pongo un ejemplo: Todos conocemos al típico tacaño que no se invita a nada aunque la vida le vaya en ello, y que la última vez que sacó un billete de la cartera, coincidió con la caída del muro de Berlín. ¿A alguien así, le vas a invitar a unas cervezas? ¡No! No lo merece. A esto me refiero. ¿Entendéis por donde voy?

Entonces, ¿por qué le debo dar prioridad a alguien que no me la da a mí? Y con “prioridad”, no me refiero a prioridad de paso en un Stop. Me refiero a quedar con alguien dejando de lado otras cosas. Las dos últimas veces que la llamé, ella no pudo. Pero no es por eso. Sé que anda escasa de tiempo. El problema es que sus explicaciones me sonaron a excusas.

Por eso, el viernes, ella quiso quedar y a mí no me dio la gana. ¿Rencor? ¡No! Simplemente prefería quedarme en casa y ver: “Capitalismo: Una historia de amor”.

martes, 16 de febrero de 2010

Sin título

martes, 16 de febrero de 2010
Hablando con R, mi fiel lectora y bella amiga. Aprovecho para piropear, que por algo soy: “su niño consentido”. Me dijo que alguna de las entradas de mi blog, le habían emocionado. En clara referencia a: “Roto en mil pedazos”. La entrada más amarga salida de mis dedos. La cual condené, casi de inmediato, al ostracismo del histórico de entradas. Es curiosa la fuerza de las palabras, porque cinco lectoras me confesaron que lloraron con esa entrada. Cosa que no me enorgullece en absoluto, al contrario. Este blog nació para arrancar sonrisas y no lagrimas. Pero me sorprende e impresiona que a través de la fría e impersonal internet, se puedan trasmitir sentimientos con tal fuerza.

También me preguntó, si la susodicha a la que hacía referencia la entrada, la había leído. Y no, no la ha leído, ni la leerá. No sabe de su existencia, ni nunca lo sabrá. Pero me queda la duda de qué pensaría si la leyese. He estado dándole vueltas a la cabeza unos minutillos. Y estoy convencido que no le causaría más que indiferencia. Eso, o tomarme por el más grande de los imbéciles. ¡El Rey Bobo!

Ya que estoy, aprovecho para decíos que estaré un par de semanas sin actualizar el blog. Aunque visitaré los vuestros en la medida de lo posible. Pero es que estoy muy ocupado y los días se me quedan cortos. Y para terminar, una pregunta. ¿Por qué desde que llevo las gafas de sol en el coche, no deja de llover día tras día?

sábado, 30 de enero de 2010

Caidas

sábado, 30 de enero de 2010
Algo ha cambiado en la sociedad española de los últimos veintipico años. Y lo que no sé, es si ha sido para mejor o para peor. Yo recuerdo que de pequeño siempre llevaba algún codo o alguna rodilla con mercromina. ¿Recordáis cuánto picaba? Sin embargo, los niños de hoy en día, cuando oyen la palabra mercromina se piensan que es un nuevo pokemon. ¿Qué ha sido de la mercromina? ¿Dónde está? Ahora resulta que es mala por llevar mercurio... ¡No será tan mala, cuando usándola llegamos a la luna! ¿O es que los astronautas nunca se han despelletado las rodillas?

¿Y qué me decís de los parques infantiles? Los columpios de mi barrio siempre han sido de metal, duro, frío y con horribles colores chillones. De los que más te valía no caerte, porque el suelo era de gravilla. Y luego, encima del porrazo, llegabas a casa y tu madre te zurraba el culo por caerte y haber roto el pantalón. Pero ahora los parques están llenos de elegantes columpios de un finolis que asquean. Es más, creo que los niños no pueden subir si llevan calcetines blancos o zapatillas.

¡Como las bicicletas! La de veces que me habré caído. Así me he quedado… Pero eso es otra historia. Ayer vi un niño en bici que parecía un antidisturbios. Rodilleras, coderas, casco y guantes. ¡Habrase visto! ¿Así como va a endurecer el carácter? Tu cáete, hazte daño, jura, perjura, cágate en todo y que tu madre te cruce la cara por decir palabrotas… Así es como uno se hace hombre. A base de ostias. Ostias físicas o sentimentales. Pero eso también sería otra historia.

...

Perdonar mi ausencia. Pronto actualizaré.
Palabrita del niño Jesús.


Mientras tanto, os pongo una canción nueva.
WHAT IS LOVE ???

sábado, 9 de enero de 2010

El sueño de Morfeo

sábado, 9 de enero de 2010
Últimamente, tengo un sueño recurrente que me hace despertar sobre las tres de la mañana. Os cuento... Estoy en mi antiguo instituto, en clase de matemáticas, sentado en mi sitio de siempre. O sea, atrás del todo y junto a la ventana. Hay mucho jaleo en clase y yo soy uno de los que más alborotan. De repente, el profesor me saca a la pizarra y me dice que resuelva el problema que está escrito en ella. Cojo una tiza y lo empiezo a resolver.

Cuando llevo un rato escribiendo, le pregunto si la solución la quiere en forma de ecuación o de gráfica. Entonces, el profesor se acerca y me empieza a gritar. No sé qué me grita, sus palabras son ininteligibles para mí, pero su actitud es agresiva y no deja de señalarme con el dedo a escasos centímetros de mi cara. En un par de ocasiones, aparto su dedo de mi cara. Y a la tercera, le suelto un puñetazo y me lanzo encima de él. Comienza una pelea.

El sueño termina con el profesor tirado en el suelo inmóvil. Y conmigo de rodillas en una esquina de la clase, llamando a la policía para confesar lo sucedido, mientras busco un cruce de miradas con M que me consuele. Pero me lo niega.

¿Alguien le encuentra algún tipo de sentido a este sueño? Yo, no.
 
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