Madres...

– ¡Mamá! ¡De mayor quiero ser astronauta! Vale, pero primero acábate los cereales. – Esta conversación tuvo lugar hará unos veinte años, mientras desayunaba viendo a Chicho Terremoto. Y en su momento, lo encontré razonable. Si me comía aquellos insípidos cereales, crecería fuerte como los astronautas. Y además me darían las energías necesarias para aprender muchas cosas en el cole. Alcanzando el equilibrio Ayurbeda entre mente y cuerpo.

Años más tarde me sentí estafado. El que yo hubiese comido cajas y cajas de cereales, no me acercaba lo más mínimo ni a disfrutar de la ingravidez, ni a contemplar con desprecio la creación. Pero nunca se lo dije a mi madre. Pues cuando alguien es engañado, la culpa no es de quien engaña, sino del tonto que se deja engañar.

Hace un par de días compré una caja de cereales ‘Chocos’. Curioso nombre por cierto… pero eso es otra historia. Hoy los estaba comiendo y como todo el mundo hace, me he puesto a leer la parte de atrás de la caja.

¡Y sorpresa! Allí estaba todo lo que un astronauta debe saber. Valores energéticos, productos químicos impronunciables, Kcal, Kj, pesos, porcentajes… ¡todo! Que equivocado estaba…

Una vez más, se demuestra que las madres siempre tienen razón. Así que la uniré a su larga lista de aciertos. Junto a : “Ni se te ocurra tirarte desde hay arriba” y “Esa chica no te conviene”...