Relato

Hoy os presento un relato confeccionado por varios blogger. Os recomiendo su lectura. Y si alguien más quiere participar, perfecto.


Capitulo 1: El comienzo. (Masakoy)
Capítulo 2: La espiral. (Alma)
Capítulo 3: El armario. (Carlota)
Capítulo 4: Experiencias. (Belén)
Capítulo 5: La revelación. (Jordicine)
Capítulo 6: Uniendo las piezas. (Yo)
Capítulo 7: (Ana)
...

Capítulo 6: Uniendo las piezas.

Erika y Fernando. Fernando y Erika. ¿Dos personas atrapadas en un mismo cuerpo?... ¡No!... Una única persona, pero con la esencia de dos…

¡Por fin todo encajaba! Su búsqueda le había llevado a la verdad y ya alcanzaba a comprender. No era demencia ni doble personalidad, como algunos supuestos especialistas habían sentenciado. Simplemente, o quizás no tan simplemente, era un prodigio de la naturaleza, un paso más en la evolución.

Durante años se había librado una terrible lucha en su interior. Luces y sombras se habían superpuesto en infinidad de ocasiones, sin saber nunca el porqué. Y aunque todavía no era capaz de comprender el milagro que él constituía, en su interior, podía sentir como un universo infinito aparecía delante de él.

Poder disfrutar de lo mejor de ambos sexos seria su bendición. Ser considerado un monstruo asexuado, si se llegara a descubrir, su más profundo temor.

De repente, una avalancha de imágenes bombardeó su retina quedando impresas a fuego. Parecía como si el ser consciente de aquella dualidad, le hubiera abierto la mente a sus dos ‘yos’. Y allí, tumbado en la cama con los pantalones todavía bajados, los fragmentos de ambas vidas comenzaron a enlazarse en una sinfonía perfectamente orquestada.

Las horas pasaron…

Con los primeros rayos de sol todas sus inseguridades desaparecieron. Se levantó y deambuló por la habitación, hasta detenerse frente a una mesilla. Instintivamente la abrió. Rebuscó entre la lencería y descubrió una diminuta caja de piel verde. Idéntica a la que encontró en la primera habitación de Erika. O mejor dicho, su primera habitación. Dentro de ella, una llave y una dirección.

¿Qué abriría aquella llave? ¿Con que se encontraría en esa dirección?... Eran preguntas que martilleaban su psique, con violencia, y a las que de inmediato daría respuesta.

Esta vez, la dirección correspondía a las afueras de la ciudad. Era una vivienda unifamiliar, con un precioso jardín y una enorme piscina. Después de pensárselo un par de veces, tomó aire, introdujo la llave en la cerradura y la giró. La puerta se abrió suavemente. Cruzó el jardín, se paró frente a la puerta de la casa, introdujo la misma llave, la giró, se atascó, hizo fuerza y la puerta se abrió.

La casa era enorme… debía costar una fortuna. Techos altos, suelos de un finísimo parquet, enormes ventanales… Pero estaba absolutamente vacía. No había muebles ni cuadros. Nada. Únicamente una enorme pecera en el salón, una cama de agua en uno de los dormitorios, y una nevera llena de comida en la cocina.

Nunca antes había estado en esa casa, o al menos, bajo la apariencia de Fernando. Pero aun así tenia una idea más o menos clara de lo que allí había sucedido. Sexo obsesivo, lascividad extrema y juego compulsivo, todo con lo que él siempre había soñado y a lo que nunca se había atrevido…