
Lo primero. Nada de pedir ayuda, es una perdida de tiempo. Todos los teléfonos estarán sin batería, fuera de cobertura o cortados. Y los que crean que es buena idea, recurrir al teléfono de una gasolinera abandonada en medio de la nada… haya ellos.
¡Más cosas! Donde esconderse o hacia donde huir. Bueno… es recomendable evitar lugares del tipo: sótanos, desvanes, lagos, fábricas abandonadas o de juguetes, mataderos (este ya es tentar al destino) y campamentos de verano. Y menos aún, refugiarse en lo que antiguamente fue un cementerio indio o donde las paredes sangran por que sí. Sobre todo, abstenerse de ir corriendo hacia ellos medio desnudo. Aunque a la Crissy, Jenny o Mimi de turno, se le perdona eso y más.
Ah, se me olvidaba. Esconderse debajo de la cama es la peor y más triste de las opciones. Aunque peor es asomar la cabeza al oír pasos. Razonamiento. No sé vosotros, pero yo cuando busco algo que no encuentro, miro debajo de la cama. ¡Pues el asesino en serie igual! Así que ya sabéis ¡nada de camas!
… esto me recuerda algo. El sexo está muy bien, pero cuando eres perseguido por un loco que empuña una motosierra, es mejor olvidarse un poco de mojar. Por que al igual que unos vasos comunicantes, al subir lo de ahí abajo, baja la guardia. ¡Y zas!... muerto.
Para terminar, (que ya me canso de escribir y vosotros de leer) un último apunte. ¡Recordar! El que hayáis sobrevivido en la huida a una explosión, accidente, incendio o derrumbamiento… y no veáis al malo maloso… no quiere decir que esté muerto. ¡¡¡Que os hace creeros más fuertes que él!!!
Ir con Dios. O en su defecto, con el Diablo.